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Tuesday, October 25, 2005

Introducción a la Burrocracia I

Interesante manera de pasar la mañana.. peleando con el monstruo favorito de todos: la burrocracia.

Todo comenzó hacia las 9 am. Quedé de ver a un amigo en la esquina de Av. Revolución y Av.Barranca del Muerto a las 8:50, pero debido al tránsito intenso que baja de las altas montañas (y los cruces en Periférico cerrados), llegué con 10 min de retraso. La idea era pasar por un Starbucks y luego llegar a tiempo a la oficina (9:30 am).
En fin, tras 10 minutos de retraso, de los cuales tuve que caminar 5 debido a la quietud pastosa del flujo vehicular (?), arribé a la esquina. Sobra decir que mi amigo tenía gran cara de molestia por mi retraso.

En cuanto enfilamos hacia su auto, él notó un hueco donde antes hubo automóvil. Así que tras preguntarle a un tipo ahí recargado, la respuesta recibida fue:

- Pos creo que se lo llevó la grúa....

Bonito inicio de un calvario burocrático.

Claro que fue retirado por una infracción al reglamento de tránsito. Estacionarse en vialidad primaria con restricción de vehículos detenidos, y en las inmediaciones de una unidad médica hospitalaria (no hay por qué entender todo eso) es causa de retiro de la unidad por parte de un inspector vial, a bordo de su vehículo autorizado por la Secretaría de Vialidad para remitirlo al centro de control, o corralón.

Y a riesgo de parecer blasfemo, resumiré la odisea en 14 estaciones:

Primera Estación: Acopio de dinero.

Esto fue sencillo: regresar a la casa por algo de dinero para enfrentar la jornada, teniendo en mente el pagar la multa y no en sobornar al policía (al menos hacer ESO bien)

Segunda Estación: Arribo al Corralón no. 1.

Llegar, buscar el carro, comprobar que no estaba, asumir que aún la lenta grúa lo llevaba en camino, para poder obtener un arreglo externo de manera corrupta... preguntarle a la 'señorita' si se podía radiar el carro a otras grúas para ubicarlo, esperar, presentar papeles, esperar de nuevo, presenciar una discusión entre un motociclista que rayó una camioneta al retirar su unidad con el consecuente tono de discusión con los agentes (todo esto en primera fila), estudiar su cara de impotencia debida al absoluto desconocimiento del Reglamento de Tránsito, esperar de nuevo, marcar a corralones cercanos, esperar de nuevo, seguir esperando.. y obtener un veredicto:

-Pus vaya al otro corralón, allá por la delegación Alvaro Obregón... ai' de seguro lo tienen.

Tercera Estación: Arribo al Corralón no. 2.

Veinte minutos y un taxi después, llegamos al siguiente corralón. Más grande, más gente, más pinche escondido el méndigo corralón, al final de una calle olvidada de la mano de lópez y sus ratas.

Cuarta Estación: Presentación de papeles, primera ronda.

Tras hacer una larga fila, y al percatarnos de que con cada multado el polesía encargado tardaba 10 minutos, llegamos a la ventanilla, pequeña y en una caseta prefabricada. El polesía recibe los documentos, y suelta la primera cuchillada a mi amigo:

- Pos es que el carro está a nombre de su mamá de usted, verdá? Me tiene que traer su identificación de ella para poder liberar la unidá suya.

El viacrucis seguía...

Quinta Estación: Conseguimiento de la mentada identificación.

Lanzarse en metro a casa de mi amigo (y sí que vive algo retirado del centro de control de vehículos infractores)... Y luego regresar. Con un par de boletos de metro, recorrer casi tres líneas de lado a lado, esquivando gente, vagos y esos tipejos ambulantes que inisiten en vender música a todo volumen en los vagones... oir a cri-cri a todo volumen no es mi hit.

Sexta Estación: Enfrentamiento con la 'ñora histérica.

Antes de llegar a la estación de Merced, y viajando yo de pie junto a la puerta, siento una uña que me toca el hombro (me cago en los que piden la atención de ese modo). Oigo que una tipa me pregunta si voy a bajar en la siguiente estación, a lo que le contesto que no. Sigo de pie junto a la puerta, no por gusto, sino por la cantidad de gente en el vagón. La ruda y decidida mujer tiene a bien empujarme; mi amigo me dice que me mueva y le empieza a decir a la señora?

-Hay maneras educadas de pedir las cosas, verdad?
-Pues sí, pero no tiene caso con la gente sorda...

Simplemente le pinto el dedo en su cara.

El metro frena en la estación de la Merced, con su caractarístico olor a fruta podrida. Hasta este momento la volteo a ver: algo gorda, vestida como duende de Santa Claus con todo y botitas puntiagudas, lentes de pasta y un peinado que más bien parece peluca Pixie. La mujer pasa agresivamente muy cerca de mí, y logra empujarme un poco. Mi amigo dice que me quite, que al parecer una gorda así no cabe por la puerta. Yo le comento que qué se le va a hacer con estas olmecas.. La mujer sale del vagón, vacila, da media vuelta y se dirige a mí diciendo:

- Pinche naco PU-TO!!!

Realmente no me acuerdo si lo dijo así, pues yo estaba más concentrado en volver a centrar mi dedo medio a la altura de sus ojos.

Ah, el metro...

Séptima Estación: Regreso al Corralón no. 2.

De vuelta en nuestro conocido corralón, ya con la identificación requerida en la mano y la esperanza de obtener la unidad de vuelta, nos volvemos a topar cara a cara con el polesía de hace rato. Recibe los papeles, los lee y nos ve con su mirada de acarreado a mítines perredistas:

-Pos tienen que traer la identificación en oreginal y dos copias...

Volteamos a ver gran letrero en la pared, que al calce dice:
LA FOTOCOPIADORA NO ES DE USO PUBLICO.

Octava Estación: A la caza de una casa que fotocopie.


Salimos del corralón, cruzamos la calle y nos dirigimos a las copias. Es una pequeña casa de lámina or so it seems, con una larga fila de multados con papeles en regla en la mano. Por el olor advertimos que en ese lugar se sacan copias Y se venden tortillas; lo que me hace pensar si los tenderos venderán tortillas fotocopiadas...

Costo de dos fotocopias de una identificación, por los dos lados: 2 pesos.

Novena Estación: Re-Regreso al corralón no. 2.

Nos formamos, polesía recibe los documentos, observa la identificación con las copias y nos dice:

- y las otras dos fotocopias de la tarjeta de serculasión y la licencia?

Mi amigo me dice: regrésate a las copias tortilleras, que las dejé ahí. Crap.

Décima Estación: Vuelta a las copias, vuelta y regreso al regreso del corralón no. 2.

En la tortipapelería, han tirado las otras fotocopias, pensando que ya nadie las quería. Vuelta a formarse, intercalando tortillas y copias, nuevamente pago de 4 pesos por las fotocopias, re-formarse con polesía, recepción de documentos, sellado y pago recibido. Al fin el trámite está hecho!

Décimo Primera Estación: Retiro de los sellos.

Cuatro pinches calcomanías tamaño timbre postal, adosadas a las puertas laterales del vehículo, la cajuela y el cofre; pero que si se abren antes de tiempo "eximen al corralón de cualquier robo parcial o total." Esperar al agente inspector que las retire. Afortunadamente las quita con rapidez, y sin llevarse la pintura.

Décimo Segunda Estación: Maniobras en el Patio.

Esquivar los autos estacionados a 5 cm. unos de otros, motocicletas por cientos, y una grúa que precisamente en ese momento, se le ocurre hacer maniobras en reversa..

Décimo Tercer Estación: Salida del corralón no. 2.

Esperar al señor agente, el cual pide el talón de pago, comprueba que la matrícula de la unidad sea la misma que en la boleta (habrá alguien que se lelve un carro que no es el suyo? Realmente hay tanta ociosidad?), y luego que levante la pluma de salida..

Décimo Cuarta Estación: Vuelta al Real World.

Son las dos de la tarde, y me doy cuenta que no fui a trabajar toda la mañana. En fin, cinco horas y $500 pesos después, la lección fue aprendida.

Por cierto, nunca como ahora vi un letrero tan verídico. Gracias al ciudadano que tuvo a bien retocarlo para poder quedar acorde con la realidad:

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