Sex & the Legorreta

El pasado jueves, aprovechando el Yom Kippur , Marco Dice y un servidor (servidor? qué palabra es esa?) acudimos al Colegio de San Idelfonso en el centro, a ver la exposición de Ricardo Legorreta.

Tras un viaje de a dos varos en metro hasta el zócalo, comenzó el viaje hasta las puertas del museo. Por cierto, sería más fácil llegar a éste si el gobierno de ciudad esperanza decidiera de una puñetera vez abrir el paso del templo mayor a la puerta del museo, y así evitarnos un rodeo de tres cuadras.. esquivando gente, autos y varias cucarachas ambulantes.

Ahora, a lo que interesa: la exposición.

Realmente vale la pena visitarla, con todo y lo pinche lejos que quede (irónico que estando "en el centro," quede lejos para casi todos, no?). En cerca de 14 salas, se podrá ver la trayectoria y la obra de Legorreta, desde sus inicios en los años 60 hasta la actualidad. Maquetas, fotografías y planos conforman la exposición. Además de algunas sorpresas, como la reproducción de un pabellón armado para esta exposición, en uno de los patios del museo. Se dice que es uno de los arquitectos más destacados.. sin usar la frasecita idiota esa de "pone muy en alto el nombre de México," ahora reservada sólo a futbolistas pubertos.

De mis obras favoritas, está la rehabilitación de la Cancillería, en lo que se llama ahora Plaza Juárez. Estos edificios le dan un aire muy distinto al centro, y sirve de pasada para recuperar espacios antes ocupados por rateros y ambulantes (que vienen a ser lo mismo). La fuente de Vicente Rojo, con sus casi 2 mil pirámides,le da al lugar mucha tranquilidad. Y en general en todas las obras de Legorreta siempre va a haber una fuernte, estanque, o corriente de agua: el sonido que ésta provoca al moverse, relaja y tranquiliza.

Otra pieza realmente impresionante es una casa de descanso en Brasil. El dueño y su identidad son confidenciales, pero al ver la modesta casita que se mandó a hacer el susodicho tipo, uno no puede más que quedarse como lelo viendo la maqueta. La sola superficie de construcción rebasa los... 1000m2! Y sin contar los jardines descomunales, las plantaciones de palmeras, la hollywoodesca alberca, la canchas de soccer y tenis tamaño profesional y el laberinto de setos en el jardín. Eso sí, toda la construcción con ese toque tan particular de Legorreta: mucha luz, colores alegres, espacios abiertos por doquier, y grandes ventanales.

Ya sabemos que Legorreta fue uno de los más cercanos seguidores del estilo de Luis Barragán, el cual creó una revolución en el campo de la arquitectura mexicana ("...y puso muy en alto el nombre de México"). El sentido de espacios abiertos, color y agua simplemente lo tomaron de los templos y pirámides prehispánicas.

No ubica algunas de las obras de Legorreta? Bien, de las más destacadas tenemos:

- El Hotel Camino Real, en ciudad esperanza
- El Papalote Museo del Niño

- Televisa Santa Fe
- La Biblioteca Pública de San Antonio, TX
- El Marco (Museo de Arte Contemporáneo) de Monterrey
- La torre de rectoría del Centro Nacional de las Artes
- El Camino Real de Ixtapa y Cancún
- El Pabellón de México en la expo mundial de Hannover 2000.


Todas estas obras se pueden ver dentro de una exposición que nos lleva tranquilamente a disfrutarla en más de dos horas (ATENCIÓN: cuidado con las visitas guiadas. Se brincan muchas obras importantes, y las guías están aún en proceso de entrenamiento..). Si va en martes.. entra gratis! Así se ahorra los 35 varos; por lo que ya no tiene usted pretexto alguno.

Ya de regreso rumbo al metro, sobre la Av. 16 de Septiembre hallamos la nueva catedral del entretenimiento: Sex Capital! Un centro comercial con tiendas dedicadas al consumo erótico, sexy y sensual.. un lugar para cautivar los sentidos... el centro del sexo! Blah blah blah blah....

No sé si sea por su reciente apertura: el caso es que sólo vimos unas cuantas sex shops que vendían trajes de enfermera, látigos y pitos de goma (a escala muuy inferior al mío), un área de comida rápida con algunos oficinistas y preparatorianos calientes.. y en el centro, un stripper que se movía descaradamente mal sincronizado con la música. Supongo que se intentaba desvestir, pero el sujeto estaba más metido en la batalla con los pantalones que no salían de sus piernas, en vez de seguir hechizando a las cuatro gordas que le gritaban "PAPIIITOOOOO!!" y a los oficinistas que fingían indiferencia, pero no dejaban de mirar al novel stripper de reojo.

Eso sí, el stripper les pondrá muy en alto el.... nombre de Sex Capital.